23 Nov 23 de noviembre, RECONQUISTA DE SEVILLA
Ramón de la Campa Carmona
Academia Andaluza de la Historia
Cada veintitrés de noviembre celebramos en Sevilla el aniversario de la reconquista de la ciudad por San Fernando, Rey de Castilla desde 1217 y León y de León desde 1230; este año en concreto el 773.
Con la toma de la ciudad, para el santo rey la joya más preciada de su corona, daba por concluida la gesta de la recuperación de la Baja Andalucía del Guadalquivir para la civilización occidental y cristiana, asumiendo esta empresa tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, que proporcionó la llave del sur de la península. Su hijo Alfonso X añadiría Cádiz en 1262, diez años después de su muerte.
A su labor incansable de estratega guerrero, unió una administración ejemplar de la justicia y un gobierno acertado, que pacificó y unió definitivamente los reinos de León y Castilla, y respetó siempre los pactos y su palabra, iluminado por las virtudes cristianas, que eran pauta de su acción, huyendo de la violencia y crueldad innecesarias.
Se distinguió por su gran devoción a la Eucaristía; fue ejemplar su recepción del viático en el alcázar sevillano, lleno de humildad y aceptando la voluntad del Creador.
También se distinguió por su intensa y confiada piedad mariana, regando la Baja Andalucía de imágenes de la Virgen. En la catedral hispalense se conserva la Virgen de las Batallas, que la tradición sostiene que llevaba en el arzón de su caballo, bellísima imagen de marfil, que se puede contemplar en la Sacristía mayor del templo.
La misma entrada triunfal del Santo Rey y sus huestes se convirtió en una auténtica procesión de exaltación mariana, presidida por la Virgen de los Reyes, que en 1946 sería declarada patrona de la ciudad de Sevilla y su archidiócesis, donada a la Capilla Real catedralicia y a cuyos pies quiso ser sepultado. Un fresco monumental del crucero de la antigua iglesia conventual de San Pablo, antigual Casa Grande de los dominicos, hoy parroquial de la Magdalena, lo representa de manera magistral.
Desarrolló, así mismo, una intensa labor cultural. En primer lugar, con la promoción de la traducción del Fuero juzgo y la constitución del castellano como idioma oficial de sus reinos, en sustitución del latín, sentó las bases, luego desarrolladas por su hijo el Sabio, que acabarían por constituir al castellano en español.
Se esmeró en que en su corte se le diera importancia a la música y a la literatura. Dedicó importantes recursos a las universidades, sobre todo a la de Salamanca, que derivaría en su conversión en una de las mejores de Europa.
El cuerpo incorrupto del santo se conserva en la Capilla Real de la catedral hispalense a los pies de la Virgen de los Reyes, según su voluntad, en una bellísima urna de plata labrada por Juan Laureano de Pina desde 1690, aunque por dificultades financieras no se terminó hasta 1719, por lo que participaron en su conclusión varios orfebres.
La urna exterior cubre la urna interior, con paredes de cristal, que se descubre cuatro veces al año: 14 de mayo, aniversario de su colocación en la urna; 30 de mayo, su fiesta; 22 de agosto, octava de la Asunción, y este día, 23 de noviembre por la memoria de la reconquista.
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Tras las horas canónicas matutinas se realiza una procesión desde el Coro a la Capilla Real, haciendo estación ante la Virgen de los Reyes y las reliquias del Santo Rey. En ella participan el Cabildo Catedral, revestido de capas rojas, y el Municipal. El preste, el magistral, preside portando la reliquia de San Clemente.
El alcalde porta la espada del Santo Rey, y un edil el pendón de Castilla y León.
Sintámonos orgullosos de nuestra historia; gracias al Santo Rey recuperamos nuestra fe cristiana, aquella que ya habían fecundado con su sangre las Santas Justa y Rufina y que llevaron a altas cotas de esplendor los santos hermanos Leandro e Isidoro, y hemos escrito importantes páginas en el desarrollo de nuestra civilización.