EL CAUTIVO DE SAN ILDEFONSO EN SANTA MARINA

EL CAUTIVO DE SAN ILDEFONSO EN SANTA MARINA

Francisco Javier Segura Márquez

Mayordomo de la Divina Pastora de Santa Marina

La llegada del Tiempo cuaresmal al Calendario Litúrgico nos invita a introducir temáticas que permitan a nuestros lectores vincular las características peculiares de este Tiempo Litúrgico al inmenso caudal histórico y artístico que forma parte del patrimonio material e inmaterial de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, que vive, desde su carácter letífico, la preparación para el Tiempo Pascual y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Así, entre las citas cofrades de la primavera en nuestra Ciudad, destaca el Primer Viernes de Marzo, que en este año 2022 vivimos conjuntamente al Viernes después de Ceniza, antesala de las cinco semanas que componen la Cuaresma. En la jornada descuellan las visitas que recibe la devotísima Imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, venerada en la Parroquia de San Ildefonso, en su Altar propio del crucero, aunque ahora la encontramos ubicada en altar portátil para acoger las Imágenes Titulares de la Hermandad de la Redención, que tiene en su Parroquia de San Ildefonso la sede provisional.
La Imagen sevillana de Jesús Cautivo de San Ildefonso es vicaria de la que, realizada con seguridad en el taller sevillano de los Ocampo para una Iglesia en tierras de África, fue agraviada por los musulmanes y rescatada por los Padres Trinitarios que la trasladaron a Madrid en 1682, donde todos la conocemos como “Cristo de Medinaceli” por el patronato que sobre su Capilla ostentaron los Duques de dicho título desde 1686.
Los Conventos Trinitarios de diferentes ciudades españolas comenzaron a venerar sus propias réplicas de la Imagen madrileña. Una de ellas, la de Sevilla, recibió culto a lo largo de los siglos XVIII y XIX en el Templo de Santa María de Gracia, regentado por la misma orden, en su rama descalza, y ubicado en la Plaza del Cristo de Burgos, cuya Cofradía homónima tiene su sede social hoy en el edificio en que se integran los restos del antiguo Convento.
La Desamortización de 1835 dispersó los bienes de aquella Iglesia Trinitaria por diferentes templos de la Archidiócesis. Así, su Retablo Mayor hoy es el de la Iglesia de Santa María de Gracia de la Villa de Camas, donde sirve como Cura Párroco don Pedro José Rodríguez Molina.
La Imagen de Jesús Cautivo permaneció en la Ciudad, pasando a la Iglesia de San Hermenegildo, donde transcurrieron sus días hasta los inicios del siglo XX, cuando pasó a su actual sede en San Ildefonso manteniendo su fervor popular hasta ahora.
Esta devoción no pasó desapercibida para el Padre Francisco de Paula Tarín Arnau, nacido en Godelleta (Valencia) el día 7 de Octubre de 1847. En 1873 ingresa en la Compañía de Jesús, llevando a cabo su formación como Sacerdote en un seminario francés, al sufrir los Jesuitas desde un siglo antes, las consecuencias de su expulsión de los territorios españoles. En 1884 comienza su labor apostólica, que consagró a la Misión popular por toda España, desde las ciudades más importantes hasta los pueblos perdidos, donde no llegaba nunca la fuerza del Evangelio en voces de ardiente predicación como la suya.
Su primera “Santa Misión” tuvo como destino la localidad jiennense de Arjona. Su talento misionero se estructuraba a través de la imitación de los llamados “Ejercicios Espirituales”, tomando como propio el legado de su padre espiritual San Ignacio de Loyola y rescatando los valores de la Misión del Beato Fray Diego José de Cádiz, del que también reconoció su apostolado mariano a través del Traje y Título de Divina Pastora de Nuestras Almas.
Es por ello que no debemos extrañarnos que una de las grandes Misiones celebradas en Sevilla por el Padre Tarín tuviera como escenario la Iglesia de Santa Marina en Febrero de 1903. El Templo, con una superficie mayor que otros en la zona norte de Sevilla, contaba con la presencia de la emblemática y primitiva Imagen de la Divina Pastora.
Previamente a la Santa Misión, a sus naves fue trasladada la de Jesús Cautivo y Rescatado desde San Hermenegildo para que, a través de ese binomio de devociones sevillanas, calara más honda la catequesis programada por el Padre Tarín en su intento de evangelizar a las grandes masas proletarias que habitaban en la zona.
La Hermandad celebraba aquel año 1903 su Bicentenario Fundacional y se encontraba inmersa ya en el proceso del Voto Asuncionista, acordado en Cabildo General apenas unos días antes, así como se preparaba concienzudamente la visita de la Imagen a la Santa Iglesia Catedral.
La devoción popular en el barrio hacia la Santísima Virgen aportaría un éxito asegurado a la Santa Misión. No ponemos en duda la colaboración de la Hermandad, como principal agente pastoral de la Parroquia en aquellos momentos, a fin de facilitar la obra del Padre Tarín.
Sin embargo, según la convocatoria impresa, la actividad pastoral en sí misma fue organizada por la denominada “Hermandad del Pecado Mortal”, que vagaba por diferentes Templos en latente actividad tras la desamortización de su sede en el Convento Casa Grande de San Francisco.
Esta Hermandad, cuyos fines coincidían parcialmente con las Misiones planeadas por el Padre Tarín, se mantuvo hasta esos primeros años del siglo XX, desapareciendo posteriormente y perdiéndose el paradero de sus enseres. Su titular mariana, Nuestra Señora de la Esperanza, se ha identificado con una Imagen conservada en el Convento Franciscano de la ciudad de Lucena (Córdoba). Otras Hermandades del Pecado mortal se habían asentado por toda España, aunque todas se extinguieron paulatinamente o fueron absorbidas por otras Corporaciones que asumieron la onomástica de sus Titulares.
El fin del “santo celo por la salvación de las almas” de aquella Hermandad, a través de Ejercicios y Misiones evangelizadoras, fue tomado como propio aquel mismo año 1903 por la “Asociación de la Santísima Trinidad para el Fomento de la Predicación Católica”, la cual, bajo los auspicios del propio Spínola, organizó su primera Misión en la localidad de La Algaba.
La Asociación puso los cimientos de la que había de ser el modelo de las “Misiones Generales”, que tuvieron su máximo exponente en la que se celebró en Sevilla en 1965 con la presencia de numerosas Imágenes Titulares en lugares apartados del extrarradio de nuestra capital.
Podemos afirmar, según las fechas, que la Misión del Padre Tarín en Santa Marina, ante la Divina Pastora y Jesús Cautivo y Rescatado, cierra una etapa histórica en estos Ejercicios Misionales y deja planteado un modelo que se va repitiendo en la contemporaneidad: Predicación, Sacramentos y empleo de las Imágenes de mayor devoción para mejor efecto en la conversión de las almas. Desde aquí, unidos a las intenciones de la Hermandad, deseamos a todos nuestros lectores vivan de forma fructífera el tiempo de la Santa Cuaresma.