Espiritualidad

¿Qué es la vocación?

 

¿Qué es la vida monástica?

 

La vocación es un encuentro,
una experiencia de Dios
que provoca un cambio de vida y de pensar
una llamada
que nos invita a seguirle
y a consagrar TODA LA VIDA
al servicio de los demás,
por amor y de forma gratuita.

Un carisma en la Iglesia

 

En la Iglesia existen diversos Carismas. Hay quienes se dedican a la enseñanza, al cuidado de los enfermos, de los ancianos, de los marginados, a la evangelización directa, a las misiones…

 

La vida monástica contemplativa es un Carisma dentro y al servicio de la Iglesia. La monja contemplativa jerónima asume en su vida el misterio salvador de Cristo, y se consagra totalmente a él. Anuncia que su Reino está presente y “comparte los gozos y las esperanzas, las lágrimas y las angustias del hombre de hoy, haciéndolas suyas”. En una sociedad técnica y materialista le descubre su dimensión espiritual, proyectándole energía, desde su vida apartada, silenciosa y orante. Con su ausencia aparente, testifica ante el mundo que Dios vive, que su realidad invisible basta para llenar una existencia humana, en la que se condensa el fin esencial de la creación:

 

ALABAR, GLORIFICAR, DAR GRACIAS A DIOS

¿Qué sentido tiene la vida contemplativa jerónima?

Ser testigo de la presencia de Jesús en el mundo .
Ser luz y esperanza para el hombre de hoy.

Etapas de la vida Jerónima

Postulando:

Es un cruce de fronteras. Hay que salir, como Abraham, de la propia tierra y familia, para ir a un mundo desconocido que se nos promete dentro de la clausura. Es todavía una prueba seglar que permite experimentar esta vida, sin compromiso alguno. Puede durar de seis meses a dos años.

 

Noviciado:

Superada la prueba del postulantado y, admitida la postulante al noviciado, comienza éste con el rito de iniciación a la vida religiosa. Es una etapa de conversión, un largo retiro, apartado del mundo, de limitado trato con familiares, encaminado a que la novicia aprenda las exigencias esenciales de la vida religiosa y para que se ejercite en la práctica de los consejos evangélicos. Tiempo fuerte de la vida religiosa que dura dos años.

 

Juniorado:

Es la etapa que comienza con la primera profesión y termina con la profesión solemne. Está exigido por la necesidad de una adecuada preparación y del perfeccionamiento de la formación que supera las posibilidades que ofrece el breve tiempo del noviciado, a fin de llegar al grado de madurez vocacional para aceptar de manera consciente y responsable el compromiso definitivo. Por la profesión monástica quedamos consagradas a Dios e incorporadas a la Orden de San Jerónimo. El período de los votos temporales dura tres años.

Profesión solemne:

La profesión solemne es una consagración total y perpetua a Dios, en la Iglesia, a través de la Orden.

La profesión solemne no significa un estancamiento, sino un nuevo punto de arranque, ya bien consolidado en la tierra, para la ascensión hacia Dios. Como preciosa ayuda de este perfeccionamiento, al que impulsan los votos y que se desarrolla en la práctica cotidiana de las exigencias de nuestra vocación, debe perseverar también a lo largo de toda la vida monástica la formación espiritual, doctrinal y técnica.