ESTACIONES CUARESMALES DE LA SEMANA DE CENIZAS

ESTACIONES CUARESMALES DE LA SEMANA DE CENIZAS

Ramón de la Campa Carmona

Academia Andaluza de la Historia

MIÉRCOLES DE CENIZA, cabeza el ayuno

En Roma, ascenso al Aventino, a Santa Sabina. En el pasado el papa subía descalzo desde Santa Anastasia al Palatino; hoy sólo hace un breve recorrido desde San Anselmo hasta la basílica estacional, mientras se cantan las letanías de los santos.

La monumentalidad, austeridad decorativa y antigüedad de la basílica, que se remonta al siglo V, hace que sea un marco incomparable para la recepción de la ceniza por el papa.

 

“Concede, Señor, a tus fieles, que reciban las solemnidades venerables de los ayunos y las recorran con la debida piedad”.

JUEVES DESPUÉS DE CENIZAS

En Roma, estación en San Giorgio al Velabro. Es el valle legendario donde la loba amamantó a los gemelitos Rómulo y Remo, y donde desemboca la Cloaca Máxima.

Su visita, un remanso de paz al encontrarse fuera de los circuitos turísticos, pese a encontrarse muy cerca de la famosa Bocca della Verità y del Circo Massimo, supone un viaje entre la Roma clásica y la medieval.

 

Antes de llegar, los arcos de Jano, éste cuadrifonte, y el de los Argentarios, que apoya sobre la austera iglesia medieval dedicada al gran mártir de Oriente.

Un campanario románico, de los muchos que pueblan la geografía urbana romana, nos señala el templo. Un vestíbulo adintelado, que descansa sobre columnas jónicas nos da acceso al templo, de tres naves, separadas por arcadas que apean en columnas de acarreo, que le dan más vetustez al templo. En el altar, bajo baldaquino, se albergan las reliquias del patrono de la caballería andante.

“Oh Dios, que eres ofendido por la culpa y aplacado por la penitencia, atiende propicio las plegarias de tu pueblo suplicante, y aparta los azotes de tu ira que por nuestros pecados merecemos”.

VIERNES DESPUÉS DE CENIZAS

En Roma ascendemos por el bello Clivio de Scauro a la colina del Celio para la estación en la Basilica dei Santi Giovanni e Paolo, bellísimo y rico conjunto del XVIII en su interior, que se alza sobre la casa de los mártires militares, ejemplo paradigmático de una domus Ecclesiae. En recogida capilla se veneran las reliquias del fundador de los pasionistas, San Pablo de la Cruz.

 

“Te pedimos, Señor, que acompañes con benigno favor los ayunos comenzados, para que podamos practicar también con sinceros pensamientos la observancia que practicamos corporalmente”.

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZAS

En Roma, estación en Sant’Agostino in Campo Marzio, que fue construida al lado de la de San Trifón, nombre que señala el Misal Romano, que al final fue derribada.

“Atiende, Señor, nuestras súplicas, y concede que este solemne ayuno, que ha sido instituido saludablemente para curar almas y cuerpos, lo celebremos con devoto servicio”.

Es muy rica en obras de arte: Rafael (fresco del Profeta Isaías), Caravaggio (lienzo de la Madonna de Loreto o dei Pellegrini), Guercino (lienzo de San Agustín), Sansovino (imagen de la Madonna del Parto)…, pero su mayor tesoro son las reliquias de Santa Mónica la madre de San Agustín, trasladadas aquí en el siglo XV desde Ostia, donde murió y fue sepultada.

“Porque estando inminente el día de su muerte [de Santa Mónica], no pensó aquélla en enterrar su cuerpo con gran pompa o que fuese embalsamado con preciosas esencias, ni deseó un monumento escogido, ni se cuidó del sepulcro patrio. Nada de esto nos ordenó, sino únicamente deseó que nos acordásemos de ella ante el altar del Señor, al cual había servido sin dejar ningún día, sabiendo que en él es donde se inmola la Víctima santa, con cuya sangre fue borrada la escritura que había contra nosotros, y vencido el enemigo que cuenta nuestros delitos y busca de qué acusarnos, no hallando nada en aquel en quien nosotros vencemos” (San Agustín, Confesiones, lib. IX, cap. 13).