La Virgen grávida en el arte

La Virgen grávida en el arte

Ramón de la Campa Carmona

Academia Andaluza de la Historia

En Oriente, la iconografía de la Expectación del Parto se centra en la llamada Virgen del Signo, cuya denominación procede del oráculo de Isaías VII, 14: “El Señor mismo os dará por eso un signo: he aquí que la Virgen grávida da a luz un niño y le llama Emmanuel”. También recibe en Rusia el título de Nuestra Señora de la Anunciación.

Como nos dice un teólogo ortodoxo: “ante el icono de la Virgen Orante o Virgen del Signo (Is. VII, 13-14), Aquélla que es más vasta que los Cielos porque contiene a Aquél que los ha creado, nosotros vemos lo que todos nosotros estamos llamados a realizar”[1]

Muy repetida especialmente en Rusia, cuya fiesta se celebra entre los eslavos el veintisiete de noviembre: se representa a María como Virgen Orante, con las manos abiertas elevadas al cielo en actitud de plegaria, llevando en Su pecho al Divino Fruto de Sus entrañas, generalmente encerrado en un círculo u óvalo, símbolo de eternidad[2]. Las tres estrellas del manto (sobre la frente y los hombros), simboliza su virginidad: antes, en y después del parto[3].

A la intercesión mariana por la oración del pueblo ante un icono de esta advocación se atribuyó el milagro de la salvación de sus enemigos, el ejército de Suzdal, de la rusa Nóvgorod en el 1169, que se encuentra actualmente en la Catedral de Sofía de esta ciudad; desde entonces se convirtió este icono en el escudo protector de la ciudad[4].

La representación iconográfica de la Virgen embarazada entró en Occidente al representar en los ciclos marianos a Nuestra Señora en la escena de la Visitación en Ein-Karim, en la que Su prima, Santa Isabel, aparece también en avanzado estado de gestación. En solitario, aparece en el siglo XIII, difundiéndose este tema sobre todo a finales de la Edad Media[5].

Imágenes muy curiosas de esta iconografía son las que presentan una cavidad abierta en el seno de la Madre que alberga una pequeña imagen del Hijo. A veces, es un ostensorio en forma de o el que alberga la imagen del Verbo encarnado, y que se coloca en el vientre de la Santísima Virgen.

Se puede reseñar también una iconografía popular relacionada con las Jornaditas antes señaladas: cada día se presenta a la Virgen en estado de buena esperanza, nunca mejor dicho, y a San José, componiendo escenas que recuerdan los últimos días antes del parto: viaje a Belén, estaciones en el camino, llegada a Belén, buscando posada… En las Posadas sudamericanas, también se disponía de imágenes procesionales de la Virgen embarazada y San José, a veces también un burro y un ángel conductor.

NOTAS

[1] H. P. Rinckel: María en la espiritualidad ortodoxa. El misterio de la humanidad. Madre y Esposa de Dios, en: http://www.terra.es/personal/javierou/con-mariaortodoxia.htm

[2] M. Donadeo: Iconos de la Madre de Dios, Ediciones Paulinas, Madrid 1991, pp. 78 s.

[3] http://www.mercart.com.mex/cursos3a.html

[4] Tat’jana Vilinbachova: Scrigni del Verbo. Icone degli Stroganov, La Casa di Matriona, Milán 2000, pp. 12-13; http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-i/oconosrusos/nuestrasenora.htm.

[5] G. Duchet-Suchaux & M. Pastoreau: La Biblia y los santos, Alianza Editorial, Madrid 1996, p. 263.