04 Dic 5 de diciembre, II DOMINGO DE ADVIENTO
Ramón de la Campa Carmona
Academia Andaluza de la Historia
El domingo pasado, I de Adviento, el antiguo Misal Romano nos señalaba como estación del culto pontificio la Basílica de Santa María la Mayor, la Belén romana, donde se conserva la reliquia del pesebre, y la iglesia más importante dedicada a María, protagonista indiscutible de este periodo litúrgico, en la Urbe.
En este domingo, el II, sin embargo, nos vamos a Basílica de Santa Cruz, la Jerusalén romana, querida en su propio palacio, la Domus Sessoriana, por la primera arqueóloga de la historia, Santa Elena, madre del Emperador Constantino, que sacó a la luz los principales lugares sagrados del cristianismo en Tierra Santa.
Bajo la primitiva capilla de las reliquias esparció simbólicamente tierra traída del Calvario, y allí depositó las reliquias de la Pasión que transportó consigo: un lignum Crucis, un clavo de la Cruz y el titulus Crucis o INRI. Así la liturgia une simbólicamente pesebre y Cruz: Jesús el Mesías viene al encuentro del hombre para salvarlo del pecado y de la muerte. Este misterio se vive día a día en la Eucaristía: Cristo se hace presente en las especies sacramentales y se revive el sacrificio del Calvario.